domingo, 4 de diciembre de 2011

La fuckin ficha.

Si uso una melodía que compuso otro, que también te tuvo, tiene algo de morboso y de sádico. Lo uso igual, porque en este momento solo pienso en recordar lo que olvide recién, que trataba justamente de rocordar y olvidar. Trataba del olvido y del sueño, o del olvido del sueño. Todo se pone nublado, todo es complicado de recordar. Mientras la cabeza siga escupiendo pensamientos como balas no voy a lograr armar nunca una idea fija. Se que estabas vos, se que estabas lejos. Se trata de perspectiva o es realmente asi? No saber distinguir entre si estás cerca o lejos, según de donde se lo mire (según a quien se mire). Recuerdo ahora, de no saber si hacerlo, de tener la cruda ilusión de hacerlo en el momento menos oportuno, de pensar en hacerlo en ese momento sólo para molestarte, aunque sabiendo a su vez que simplemente, y por feo que sea admitirlo, me estoy jugando las últimas fichas, aunque sea consciente que es sólo para deberle al casino más de lo que puedo juntar en mi vida entera. Aunque el casino me deje sólo en la calle tirado, con frío y miedo.
Pienso luego que poco me importa. Que da igual si le debo la vida al casino. Lo que se claramente es que nunca se lo voy a pagar, que nunca me lo va a poder cobrar. Porque llegado el caso, voy a estar lejos, muy lejos como para que eso pase. Aunque si lo mirás de otro lado, pensaba estar lejos, pero acá estoy, pensando nuevamente en jugarle todo al rojo. Viendo como se van a la mierda mis promesas de no jugar más, de creerme más vivo que el casino porque le gane cien pesos. Cien pesos esta vez, con eso me conformo, y se me olvida que perdí todo lo demás, mi vida, mi orgullo, mi apatía, mi soberbia y lo peor de todo, mi autoestima.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Muerto en el placard


Y de golpe apareciste, muerto en el placard de mi psicologa, blanco, cabizbajo, inerte como todos los muertos, y no importaba si ella no se acordaba de vos, o te confundia con su marido, con su viejo, con sus hijos, si ella creía que estabas muerto o vivo, daba igual. Da igual lo que diga, para ella estás vivo o muerto según la estación, estoy pensando que es una cuestión hereditaria capaz. De igual también porque nadie le hace caso, nadie la toma en serio. Creo que no queda otra, queda vivir como se pueda, como a uno le salga, pero sin preguntarse para qué, si de golpe y porraso vas aparecer muerto en un placard.
Tu aspecto no da miedo, da un poco de pena, ya no hay viveza ya no hay calor, ya no hay ese olor característico. Hay un montón de carne colgada dentro de piel de un blanco ceniza. No es nada, cierro la puerta y me vuelvo acordar de ella, me pregunto qué le pasó, que le pasa por la cabeza. Desesperación desesperanzada.
Una cerveza a medio terminar, un montón de libros, señales de vos, un par de fotos, poco y nada. No estás y no tenés por qué. Hay veces que soy demasiado cruel, otras que simplemente tengo ganas de sacar ese costado sin cocinar. Ese costado crudo, rojo sangre, morbo puro.
Hablando de morbo... viene, me toca la puerta, ¿No se dió cuenta? Que se vaya! Tené un poco de dignidad querés? No tenés la culpa, pero hoy día sos mi saco de arena. Me dan ganas de pegarte y lo disfruto, sos esos monigotes para los bebés con peso en la base, que una y mil veces pateas y siempre se vuelven a levantar, con esa sonrisa de payaso (cosa más irritante, dios) que pide a gritos que le pegues de nuevo. Y bueno, la ira no es sólo una expresión física, no te voy a dejar marcas, quiero que desaparezcas asi como llegaste, si no lo querés aceptar, ok, voy a jugar con vos cual felino siniestro con el pobre ratón que sólo quiere correr. ¿Querés que te mande una carta documento? Me das pena. Salí de ahi de una vez. Querete un poco chabón. No tenés códigos, no tenés moral, (no hay moral mi viejo, no hay moral), y todavía pretendés... qué pretendés? Asi nunca vas a lograr nada. Yo me fui a la b, ok, pero vos sos un idiota. Y además no tenés códigos, bastante bueno fui con vos, click, eliminar, click, unfollow, click apagar el sistema, click ver el sol, click, click, click, nervios, click, click, bronca, click, skalter, click, giles, click, caretas, click, click, click, idiotas, click, click, caretas, click, error, click, realmente desea cerrar, click, aceptar, click, click, verte, click, click, no revele sus contraseñas, click, mierda, click, que tipo de mierda, click, que, click, click... cerrar.


Click.



Click.

Error.

miércoles, 19 de octubre de 2011


Recién recién se termina el huracán, todavía algo cansado, una sensación de tranquilidad, de desahogo y de haberlo disfrutado. No miro nada no toco nada y me siento solito y solo a encerrarme un ratito. Cierro los ojos y ella no me deja terminar de entrar: "¿te estás durmiendo?". Ya no estoy sentado solo. No. No me estoy durmiendo, quiero descansar del mundo un ratito, es sólo que... por ahí ahora no quiero tu amor, o quiero tu amor así, silencioso, pasivo, mirando, pero no, así no me mires. Intento volver a entrar, tomo aire y me hundo. Y de nuevo, su mano me devuelve al mundo que sigue ahí tal como lo dejé un segundo atrás. Quiere atención, no quiere aprovechar la soledad de estar conmigo, la miro (con algo de amor, no voy a mentir), me siento obligado a explicarle que de todas maneras me voy a hundir en mi un ratito, si insiste con dejarme ahí sólo va a lograr un mal momento. Me deja encerrarme un poco pero ya no es lo mismo. Y le abrí la puerta, y me avisó que ya podía volver a meterme en mi. Y me metí recordando cuando era yo el que tiraba para que no se hunda. No llegue asimilarlo demasiado, ya estaba muy adentro mio, y ahí quedó. El mundo afuera, adentro yo conmigo.

lunes, 8 de agosto de 2011

Llega el tren


Dice Ricardito que remontar el barrilete en este vendaval no es lo recomendable. Lo intento de todos modos sin saber bien si es lo correcto.

Hay ciertas luces que se vienen viendo, de a poco, como desde lejos, y se van acercando y cada vez son más grandes, son bien distintas a los efímeros flashes, son más bien como una locomotora aproximándose, a ritmo fuerte y seguro hacia nosotros.

La luz se va agrandando hasta que enceguece, nos tapamos los ojos y miramos hacia abajo, queriendo esquivar la incómoda situación. Se puede ser un poco vivo (en el sentido de supervivencia) y saltar de las vías. O bien, se puede ser un poco liebre, y quedarse con las orejas paradas, como hipnotizados por esa luz, que se agranda, mientras nos preguntamos qué corno es esa luz, hasta que el tren nos arrolla con la fuerza, justamente, de un tren, repartiendo los pedacitos por todos lados, dejando el ambiente sordo de esa bocina violenta.

Hasta que el tren pasa, sólo fueron unos segundos en los que la luz nos tapó y el tren nos arrolló. Y el sonido se va perdiendo, mientras la noche vuelve a tomar su forma natural, y nos quedamos viendo los pedacitos y diciendo, ok, efectivamente esa luz era el tren.

Lástima que nos quedamos tan estupefactos con la situación que no vimos donde terminaba el recorrido, como para hacerle una demanda al menos. Pero que va ser… Era el tren nomás, y eso que siempre estuvimos sobre vías, ¿qué iba a ser sino?
Y nos vamos caminando, despacio, mirando los durmientes, pensando en lo que acaba de pasar, en lo espectacular del destrozo, el morbo de la carne y sangre volando por doquier, pensando, sin pensar, que por esas mismas vías está viniendo otro tren, y nosotros lo más panchos mirando el suelo, y viendo como con la luz de espaldas nuestra sombra se agranda y se ilumina todo alrededor, y las vías tiemblan, y el piso se mueve, y nosotros seguimos pensando… y era otro tren nomás…

lunes, 30 de mayo de 2011

Nada especial

No soy especialmente bueno en nada, no hablo especialmente bien, no miro especialmente bien, no soy un gran observador, no soy un tipo activo, no soy de tomar iniciativas, no termino todo lo que empiezo, no razono del todo bien, no pienso siempre mal, no pienso siempre bien, no me juego demasiado, pero debería ser más conservador, no me convence el doble cinco, tampoco me gusta jugar con enganche, no juego bien al fútbol, no soy muy gracioso, no me gusta estudiar, no hago magia, no soy un ñoqui, no soy el primer trabajador, no soy vivo, no soy un quedado, no soy demasiado inteligente, no soy un salame, no soy muy paranoico ni lo suficientmente precavido, no soy el mejor amante del mundo, no soy el peor, no soy el mejor hijo, hermano, amigo, pero no te voy a dejar solo nunca, no soy infiel ni un moralista, fundamentalmente odio a los fundamentalismos, soy enfermo de River, amo la música pero no toco bien ningún instrumento, me encanta leer pero no lo hago mucho, odio estudiar, odio cumplir horarios, me molesta tanto la puntualidad como la impuntualidad extremas, me molestan los perros chiquitos, quiero tener uno, grande, pero no me banco la responsabilidad, no me gusta fallar a un compromiso por eso trato de evitarlos, no me gusta la presión, tampoco pasar inadvertido, bailo mal, fumo mucho, me gustan los video juegos, no soy un nerd o geek, no soporto la guerra de las galaxias ni los chizitos, desconfío de la gente demasiado simpática, no me gusta que alguien hable mucho, me descolocan los tímidos, te puedo escuchar todo el día, pero me olvido las cosas, tengo una facilidad increíble para recordar cosas que no le sirven a nadie, me olvido seguido mis contraseñas, me preocupa que me digan que las cosas no me preocupan, me da bronca que no me entiendan, soy muy porfiado, a veces me convencen muy fácil, no soy rápido ni ocurrente en las respuestas, siempre descubro tarde lo que tengo que decir, tengo un trabajo estable y una carrera en curso, vivo solo pero no quiero terminar de crecer, me banco las críticas, incluso las injustas, trató de entender al otro antes que entenderme a mi, me molestan la gente que dice no gustarle la política, creo que jamás voy a ser militante de nada, me molesta la gente que se viste igual a otros, no gasto mucho en ropa, no gasto mucho en mi mismo, no se invertir el dinero, no me administro bien, miro menos películas de las que me gustaría, tengo todo para hacer muchas cosas, no hago nada de eso.
Soy un tipo que vive, más tranquilo que al extremo, un chico del interior en capital, como tantos otros, sin aspiraciones de quedarse ni de volver, abusando del plan b, capacidad limitada para identificar mis problemas, me preocupo demasiado por lo que piensan quienes quiero, me siento mal cuando ofendo a alguien, entiendo cuando me retan, a veces necesito una cagada a pedos, me pierdo en las conversaciones, me quedo callado mucho tiempo, no paro de hacerme preguntas totalmente intrascendentes como que pensará un perro, jamás podría cagar a trompadas a nadie, se me ponen los ojos rojos de noche y de mañana sin ningún agregado, me molesta la injusticia, repito que no soy un moralista, le tengo miedo a los payasos y la gente muy vieja, me molestala competencia, soy celoso y bastante colgado.
Nada especial.

martes, 3 de mayo de 2011

Búscame (borrador de canción)

Búscame entre tus labios mujer... buscame en la mano temblorosa, esa que tímidamente entró donde no le permitías, buscame entre mis sábanas con tu olor, buscame en el piso de una habitación oscura bailando tango voy a estar, buscame sudando de nervios por tus palabras, buscame en ese lugar que tenés, donde guardaste eso que no sabes donde está. Buscame, donde pintaste un ave maníaca de recuerdos, buscame donde escribiste lo que sentías con tus uñas, buscame donde el camino se bloquea, buscame donde te escrbí, donde te toqué, buscame donde estoy, no me busques donde voy, porque no se donde voy a estar. Buscame en tu círculo, en ese lugar tuyo y de nadie. Buscame donde te canté, buscame donde te soñé, buscame donde me rendí, buscame donde me quedé. No me busques donde voy, porque no se donde voy a estar, no me busques donde voy...

viernes, 25 de febrero de 2011

El vaso medio lleno

La gente (un servidor incluido) tiene cierta manía de esperar, ansiosa, casi cinicamente, a la gota que rebalsa el vaso. No importan en su momento todas esas pequeñas gotas que lo van llenando, de vez en cuando le metemos un chorro largo que llena casi todo el vaso pero eso no importa. Lo que importa es la última, esa pequeña e inservible gotita que vino a caer justo en nuestro vaso, que estaba a tope, y ahora rebalsa. Digo, cual es la extraña obsesión con esa gota. Ella no tiene la culpa de que el vaso estaba lleno a reventar, ella simplemente calló, como se caen las cosas de una baulera alta y desordenada. Se veía venir, pero no nos importó, no le hechamos la culpa a la primera, a la número 20, siquiera la que lleno el vaso. La perversa, la malvada, la que tiene la culpa de todo es ella, que vino, totalmente infame y con cara de distraída a rebalsar el vaso. Que mierda tiene que venir a exceder la capacidad que colmada quedaba tan linda, tan perfecta. La culpa no la tengo yo, que elegí no ir tomando de ese vaso, o vaciarlo de vez en cuando, o buscar otro para que no estalle. No, la culpa la tiene esa gota, esa maldita gota, que no tenía que caer, tenía que quedarse en el caño, quedarse ahí. Pero no, tuvo que salir, y cuando vi que estaba al borde de la canilla, titilando, amenazante, avisando la inminente situación de caos que genera agua fuera de un vaso, la deje caer, casi cínicamente, solo para ver como el vaso revalsó y sentenciar que el recipiente no sirve más. Porque esta fue la gota que revalsó el vaso.