domingo, 29 de noviembre de 2009

Carta para un amor en crisis

Eras tan bonita cuando te conocí. Aunque el enamoramiento se haya marchitado no puedo negar que objetivamente seguís siendo linda. Todo era hermoso por ese entonces, tu sabiduría, tus ideas, tu personalidad, tu estética casi renacentista me atrapaban, me mareaban, me enamoraban más y más. Todo era aventura, todo era sorpresas, aprendizaje y amor. Tan hermoso era lo nuestro que no puedo detectar por qué razón entramos en crisis. Corría el año 2007 creo. Cuando ya no fue lo mismo. Te miraba desencantado, te recorría desganado, no había nada nuevo para ver. No me divertía estar con vos. Casi sin quererlo me empecé alejar. Tanto que estuve un año entero viendote de puro compromiso. Lo notaste y los resultados están a la vista. Por suerte llegó aquel verano que volvimos a vernos todos los días. Un febrero pesado y exigente que a puro de vernos nos volvió a encantar. Todo marchaba bien, parecía que la química se había restablecido. Volvió la magia y después de febrero vino marzo. El encanto seguía, y siguió todo el año, quise aprovechar las vacaciones para volver a vernos todos los días. El destino no lo permitió. Pero llegado agosto volvimos a encontrarnos y empezamos a continuar esa etapa mágica de renamoramiento que tienen algunas relaciones largas (y conflictivas).
Pero nada dura para siempre. El día de hoy te veo vieja y mañosa. Es un peso cada vez que tengo que ir a verte, se me hacen interminables las horas con vos. La magia se volvió a dormir. Hoy me tenés harto, no te quiero ver, no te quiero cruzar, no quiero saber más nada con vos. Me quiero ir bien lejos, a otra ciudad, otro país, cualquier cosa con tal de no estar cerca tuyo. No te aguanto. Tu exigencia me asfixia. Pero lo sé. Estoy hecho para vos, aunque no estés hecha para mi (o por lo menos no exclusivamente para mi). Y te propongo un tiempo. Un ultimo encuentro y luego separarnos unos meses. Se que va a ser dificil para los dos. Pero es lo mejor. Tratemos de terminar lo mejor posible, que mis duras palabras no te afecten tanto. No te lo tomes tan a pecho, que sabes como va la cosa cuando de nosotros se habla. Vamos y venimos. Nos amamos y nos odiamos. Pero fijate en las otras parejas. Pareciera que es algo normal. Tomemos una pausa. Descansemos de nosotros y volvamos a enamorarnos más adelante. En marzo tal vez? Yo estoy seguro que volveré a ser el que siempre te amo con locura. El que te defiende a diestra y siniestra y se encabrona con cada injusticia que sufras a diario. Volveré a ser el que quiere verte, recorrerte de punta a punta y compartir la vida con vos. Debe ser la altura del año. Sabés que nos cansamos para este entonces. Te quiero, te odio, te prometo que ya vamos a estar mejor. Extraño extrañarte.