jueves, 4 de noviembre de 2010

Ellos

El se levanta temprano, baja, compra facturas, vuelve, prepara café, los sirve con exquisita presentación, y la despierta con un beso y desayuno.
Ella lo mira, le sonríe y sin ocultar su felicidad comienza a comer.
El la espera, prepara una buena cena, pone su música, destapa un vino y la recibe con todo listo.
Ella lo mira, le sonríe y sin ocultar su felicidad comienza a comer.
El busca un lugar lindo, la pasa a buscar, la lleva, salen a pasear y y toman algo.
Ella lo mira, le sonríe sin ocultar su felicidad.
El llega cansado a la cama, se acuesta con ella, la mira, la acaricia y la abraza alternando caricias con algunos besos esporádicos.
Ella lo mira, le sonríe y comienza a dormirse.
El espera, la sigue mirando, intenta un abrazo mucho más cariñoso que el que termina siendo.
Ella casi ni lo mira, sólo le sonríe y sigue en lo suyo.
El la sigue esperando y no hace mucho más.
Ella hace como si no lo notara... y le sonríe.
El espera.
Ella parece que no.
El se vuelca en sí mismo y ya no espera nada.
Ella lo nota, y no sabe como hacer para que él vuelva a mirarla y sonreírle sin esperar nada más.