viernes, 12 de febrero de 2010

T O D O (*)


Todo lo que está lo que no está. Lo que pasó y no pasó. Montañas que cortan el cielo como preciosas cuchillas, nubes que les cierran el paso hasta el cielo, la humedad brilla por su ausencia, la lluvia vuelve a empaparlo todo, me siento, tiemblo de frío, prendo un cigarrillo y miro, te miro, te pienso, lo que está, lo que pasó, las montañas, las nubes, la lluvia, la humedad, el frío, te miro...

Vamos por ahí, caminamos sin saber donde, miramos y descubrimos, nos importan pocas (pero importantes) cosas, somos felices en nuestra idiotez de pequeños detalles casi invisibles. Se descubre un camino nuevo o, mejor dicho, se descubre que el que estamos siguiendo era el camino, y se pone mejor y mejor. Sube, sí, pero es mejor y mejor (y sube mucho, y llueve, y la noche, y las montañas, y vos, y sigue subiendo). Voy, venís, vamos.

Nos perdonamos tácitamente? ¿O es que tan sólo sigo siendo el mismo crédulo que creía que todo lo que decías era la verdad absoluta por mas incoherente que suene? No me molesta ninguna de las dos opciones.

El caño en tu sien. Las muelas. Todo el mar en primavera.

No todo queda cerca, no todo es fácil, no todo llega. Pero igual lo hacemos, porque así nos gusta.


(*)Potpurri introspectivo. Recopilación de momentos.