Se hace costumbre el chillar hiriente de tus dientes en la almohada, tu cara de chino mandarín a las 3 de la mañana, tu pancita, tu inestable sentido del humor, tu adicción al cigarrillo, tu lengua de arrabal, tus manos inquietas, tus pensamientos que vienen desde la nada misma y van hacia ningún lugar, se hace costumbre. No se termina uno de acostumbrar a la música de tu boca mientras dormís, tu cara oriental cuando la hora no importa, tu ombligo de esos que dan ganas de dormirse encima, tu sonrisa, maravillosa sonrisa, tu lengua controlada (según como se lo mire), tus caricias oníricas y tus pensares de labios mordidos que lo llevan a uno hacia la nada misma, no se hace costumbre.
3 comentarios:
vos si que sabes...
yo creo que no sabe ni donde esta parado.. y es lo q lo hace aún más interesante y atractivo!
que lo parió!!!
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