lunes, 6 de diciembre de 2010

Reflejando Flores Sobre Tu Piel

Extraña cosa le pasa a uno con el espejo. Todos tenemos uno, nos miramos, algunos más, otros menos, pero usualmente casi a diario. Nos quedamos viendo nuestro reflejo, el que nos devuelve nuestro espejo y pensamos que somos lindos, feos, gordos, flacos, que tenemos que afeitarnos, cambiar el corte de pelo, hacer ejercicio y ese tipo de cosas. Rara vez creemos que estamos perfectos, a veces simplemente creemos que "no estoy tan mal". Pero todo esto es algo cotidiano, banal, si no se aprovecha como se debe.
El fenómeno está cuando nos prestan otro espejo. Ahi te quiero ver. La imagen que nos devuelve, suele ser tan distinta a la de nuestro espejo que dan ganas de salir corriendo (de hecho varias veces lo hacemos, hay personas que son algo asi como maratonistas espejales). Cuando uno tiende a tomar demasiado enserio los espejos ajenos piensa que el suyo es una porquería, que no sirve para nada, y como no lo puede cambiar, le desconfía. De pronto todo lo que diga "espejito espejito mio" es una gran farsa. En lo personal creo que es un error (será que quiero mucho a mi espejo, tanto que pienso que es mejor de lo que en realidad es). Uno se mira en el reflejo ajeno y piensa "¿ese soy yo?". Descubrir lo que uno siempre tuvo pero no sabía que lo tenía, puede hacer caer en pánico al ser más racional.
Pienso que uno tiene que calibrar espejos, el suyo, con el que nos prestan. Mirarse siempre hace bien, pero hay que saber que algunos espejos, engordan, otros adelgazan, ciertos espejos no reflejan otra cosa que la misma tristeza, y los hay que nos hacen parecer bradd pitt.
Es complicado, el espejo es una herramienta fundamental (salvo que uno sea de esos que realmente les soba tres pelotas como se ve), pero su uso indebido puede traer consecuencias muy nocivas para la salud mental, moral y ni hablemos de la propia autoestima.
Para arribar a algún tipo de conclusión (esto lo empecé a escribir hace un par de semanas), aconsejo no confiar ni desconfiar demasiado de los espejos. Ser objetivo, dentro de lo que se pueda, e intentar entender por qué un espejo nos devuelve esa imagen. Si la imagen del espejo ajeno nos es extraña, hay que ver quien miente, si el mio o el tuyo, o descubrir simplemente que según la situación, uno entrega reflejos distintos.
Se que con mi banco tengo 20% de descuento en espejos que tiran la posta, lcds, plasmas y notebooks, fui a garbarino pero se habían agotado. Por lo pronto intento armar mi imagen basándome en los espejos que más conozco, que mejor (o menos peor) entiendo. Es un trabajo complicado, pero necesario.

1 comentario:

v.sa. dijo...

Un reflejo fantástico.